miércoles, julio 01, 2009

Estoy harto de las encuestadoras!

Sí, estoy harto de las llamadas de las encuestadoras o las que te quieren vender productos. Esas llamadas que se realizan a horas muy pendejas del dia. ¿Cuantas veces tengo que decir que no quiero la super mega oferta de "el comercio", que no quiero un descuento en la tienda XXX o que si deseo una beca para no se que instituto renombrado?

Pero lo mejor son los que te llaman porque te ha tocado algo, justo tu número ha sido ganador de un sorteo entre millones de numeros (estos que sacan los números de las páginas amarillas) o las encuestas. Una vez, hace algunos meses me empezaron a hacer una encuesta sobre programas de televisión. Una señorita muy simpática comenzó a hacerme preguntas sobre los programas que veía, las horas, etc. Al cabo de 15 minutos y viendo que la encuesta no parecía llegar a su fin, le pregunté si quedaba mucho, e impasible, me dijo que ya casi llegábamos a la mitad. En ese momento, se despertó en mí la bestia que llevaba dentro, y colgué tras soltar un: pues la va a acabar tu **** ***** (progenitora que trabaja en la profesión más antigua del mundo).

Años después recapacité y me di cuenta que los que están al otro lado del teléfono tampoco tienen la culpa, y no hay que faltarles al respeto, al menos insultando. Eso no implica que se puedan usar otras técnicas más ingeniosas para desconcertar y confundir.

1 - Si preguntan por alguien, decir que es tu bisabuelo que lleva 50 años muerto. Después hay preguntar por el año en que estamos y exclamar varias veces: ¡el viaje en el tiempo ha funcionado!
2 - Decir que ayer falleció la persona por la que pregunta, y que te dirigías al cementerio y no tienes tiempo para estas cosas.
3 - Preguntar si hacen descuento por ser adorador de Satán y que si le interesa unirse a la secta. A continuación ponerse a hacer cánticos religiosos-satánicos.
4 - Venderles tú algo. Por ejemplo una aspiradora, una enciclopedia, etc. Preguntar por su nombre y sus datos. Seguramente le cause confusión y cuelgue.
5 - Hacerse pasar por el mayordomo, señora de la limpieza, ama de llaves, etc. Comentar que los señores de la casa no volverán hasta dentro de 6 meses y que tu no tienes poder para comprar nada.
6 - Hacerse pasar por un ladrón. Preguntar como se puede sacar la tele de plasma por las escaleras sin que se den cuenta los vecinos.
7 - Hacerse pasar por un perro. Emitir un ladrido para contestar sí, dos para no y tres para no sé/no contesto.
8 - Hacer como si hubiera llamado a una línea erótica. Preguntar por que lleva puesto ahora mismo y que le gustaría que le hicieras.
9 - Hacerse el esquizofrénico. Gritar cosas del estilo: ¡Otra vez esas voces no!, ¡Salid de mi cabeza!, ¡Me gusta bailar la macarena!, etc.
10 - Hacerse pasar por el jefe de su departamento e instarle a que no vuelva a llamar más a ese número o será despedido/a. A continuación decirle que vaya inmediatamente a su despacho.
11 - Ponerse a cantar el Chiki-chiki. Después el “asereje” continuar con… “el click” y colgar.
12 - Contestar en Klingon, Quenya, Sindarin, Esperanto, o en cualquier idioma inventado. Cómo no entenderán nada, colgarán.
13 - Hacerse pasar por un cura e intentar hacerle una confesión por teléfono. Se pueden usar expresiones del tipo: “hijo/a mio/a”, “oveja descarriada”, “fuego purificante”, etc.
14 - Repetir todo lo que te digan cambiando todas la vocales por la vocal i

Estas son sólo unas ideas, el concepto es desconcertar al interlocutor y evitar (en lo máximo posible) que vuelvan a llamar en breve.

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